Mayormente diríamos diarios de viaje. Son casi doscientos los escritos sólo por brasileiros. Imaginen en otras lenguas. Están, además, los colgados en la Red. En una sola página de Internet encontré ayer colgados 368 diarios de peregrinos. El primero...el Codex Calistinus (siglo XII). Los más recientes son de 2009. Como se puede imaginar, muchos reiteran lo que vimos, la forma de las nubes, lo que comimos, lo que se ronca en los albergues, las ampollas que curé y las iglesias siempre cerradas. He comprado el último que ha salido por lealtad jacobea. Los 16 € que pagué no eran garantía de nada. Alfonso Biescas comenzó su peregrinación a raíz de la muerte de sus padres: "Fue entonces cuando comprendí lo que tenía que hacer para dejar que el milagro de la vida continuara, floreciera entre la tristeza y la nostalgia: El Camino de Santiago". Mattthew, un caminante con el que amiga, peregrina para olvidar un amor fallido. Bueno, pues ya hemos aprendido algo más acerca de las motivaciones de los peregrinos.
Una noche se pierde: "Veo en este errar por las sombras un ejemplo de aquellos que luchan por llegar a través de la oscuridad a un punto de luz por el que seguir el camino". Alfonso teme ponerse cursi, pero no. Se dice que ningún Camino es igual al anterior. Leo a Biescas y es como si yo lo hiciera de nuevo. Leer es vivir dos veces. Y por eso enriquece tanto tener siempre un libro a mano.
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