Un sendero mágico con más de 10 siglos
Hay tantos Caminos a Santiago y tantas formas de vivirlos como personas. Este es sólo uno de ellos y, además, está incompleto. Sirva, entonces, de despedida veraniega...
1. El por qué de la pechada. Es difícil, por no decir imposible, conocer a alguien que haya realizado el Camino de Santiago como Dios manda (es decir, a pie, en bici o a caballo) y farfulle maldades sobre la experiencia. Puede resultar duro, incómodo e incluso, penoso, pero acaba revelándose como una experiencia increíblemente sanadora y reconfortante. Por ello, tratar de explicar el cómo se puede antojar absurdo, como sabrán quienes lo han hecho. Para comprender por qué el ser humano lleva más de diez siglos tornando la mirada y los pasos hacia el oeste de la Península Ibérica, conviene proveerse de información sobre ese sendero mágico. Ya que internet es un pozo sin fondo de consejos, relatos e información de todo tipo, el papel es, casi siempre, un valor seguro para encontrar experiencias convenientemente seleccionadas y cribadas. Por ejemplo. Un libro sincero, sencillo y bello: Una idea peregrina de Alfonso Biescas. Uno ameno, documentado y escrito con gracia: Ultreia de Luis Carandell. Otro más novelado e historiado: Peregrinatio de Matilde Asensi. Son tres pero podrían ser cien.
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